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Arañas gigantes: el espeluznante hallazgo en un cajón que tiene a los científicos desconcertados

Los investigadores de la Reserva Natural de Monjebup, en Australia Occidental, esperaban encontrarse zarigüeyas, pero aparecieron decenas de arácnidos apilados del tipo Huntsman

Araña Sparassidae Wikicommons/Jon Richfield

ABC Ciencia

Ángela Sanders , ecologista integrante de la organización Bush Heritage Australia, lleva años trabajando en la esquilmada Reserva Natural de Monjebup, en Australia Occidental . La intención es recuperar su esplendor de antaño tras décadas de maltrato por parte del hombre. Entre las acciones llevadas a cabo, Bush Heritage ha repoblado con nuevos árboles la reserva , hogar de muchas especies. Entre ellas, las zarigüeyas pigmeas, quienes de momento no pueden anidar en los troncos porque aún no tienen suficiente grosor. Por ello, de momento se han habilitado una suerte de «cajones» en los que esta especie, llamada Cercartetus concinnus , pueda reproducirse. Sin embargo, las zarigüeyas no han sido los únicos animales que han fijado aquí su residencia...

La sorpresa llegó cuando, en una inspección rutinaria, Sanders encontró algo muy diferente a lo esperado. «¡Grandes colonias de arañas sociales que también se mudaron!», explica la ecologista en su blog . En concreto se trata de arañas Huntsman , conocidas también como arañas cangrejo gigantes o arañas de la madera. Son unas grandes cazadora nocturnas que pueden medir, según la especie, hasta 15 centímetros, y a diferencia de otras especies, viven en grandes sociedades bajo la corteza de los árboles. Como en esta zona los troncos son jóvenes, esta especie, de la familia Sparassidae y del género Delena , ha encontrado en los cajones de las zarigüeyas un hábitat perfecto.

La sorpresa en el cajón de las zarigüeyas Angela Sanders / Bush Heritage Australia

Los expertos han encontrado que en este «poblado arácnido» conviven dos tipos de arañas: la D. lapidicola (oriunda de Australia occidental) y la D. cancerides (típica del este de Australia). « Ambas especies muestran tolerancia extrema entre ellas , lo cual es inusual para las arañas , incluso para las sociales. La investigación indica que esta convivencia se relaciona con la disponibilidad de retiros y que la tolerancia extrema conduce a la capacidad de compartir este recurso escaso. Los miembros más grandes de un grupo incluso compartirá alimentos con miembros más pequeños», afirman en una investigación llevada a cabo por la Universidad de Cornell.

Es decir, cuando los hábitats son escasos, como ocurre en Monjebup, las especies están colaborando para sobrevivir, lo que indica que hay esperanza a pesar de que maltratemos la naturaleza. Es posible que debamos aprender de de estas arañas sociales. Y no hay que preocuparse por las zarigüeyas pigmeas: desde Bush Heritage Australia afirman a Sciencealert que hay sificiente hueco para todos.

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